domingo, 13 de enero de 2013

Navegando en Internet hemos descubierto una curiosidad relacionada con los primeros temas que dimos sobre los enlaces y la tabla periódica:


¿Por qué reciben el calificativo de nobles algunos gases? ¿Son de más categoría o qué?
Los elementos que reaccionan difícilmente o que no reaccionan en absoluto con otros elementos se denominan inertes. Y así se denominó gases inertes a los gases descubiertos en la atmósfera en la última década del siglo XIX: helio, neón, argón, kriptón, xenón y radón.
¿Y por qué son reacios a reaccionar?
Para que se produzca una reacción química es necesario el intercambio de electrones, un elemento lo cede y otro lo gana. Esto es especialmente fácil cuando los elementos en cuestión necesitan electrones para completar su órbita exterior o les sobran electrones en dicha órbita. Y estos gases inertes lo son porque el conjunto de electrones de cada uno de sus átomos están distribuidos en órbitas o capas especialmente estables, así que “no muestran un interés especial” en combinarse.
Esta resistencia a la combinación recordaba un poco a la altanería de la aristocracia y de ahí el origen del apelativo. Pero no todos son igual de nobles o inertes, el grado de inercia depende de la fuerza con la que el núcleo —cargado positivamente y situado en el centro del átomo— sujeta a los electrones del nivel energético exterior. Cuantas más capas haya entre la exterior y el núcleo, más débil será la atracción y menos inerte resultará el gas.
Por ejemplo, el xenón tiene 8 electrones en su 5ª y exterior capa, que está entonces bastante alejada del núcleo. Lo que ayudó al químico canadiense Neil Bartlett a combinarlo con fluór en 1962. Y por contra el neón con 8 electrones en su 2ª y última capa sigue siendo completamente inerte.

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